Investigadores logran crear embriones humanos sintéticos a partir de células embrionarias reprogramadas. ¿Puede el Derecho integrar estas prácticas?

No es una novedad de este tiempo, pero quizás sí sea el tiempo en el que se nos presentan más novedades. Los avances técnicos y tecnológicos nos sitúan frente a situaciones para las que la mayoría de la sociedad no está preparada. Forma parte de nuestra naturaleza la capacidad de adaptación al medio mediante el uso de herramientas cada vez más sofisticadas, pero, cada vez más, también forma parte de nuestra naturaleza la capacidad de influir en el medio mediante el uso de nuevas herramientas.

Si bien es verdad que últimamente es la Inteligencia Artificial el campo que más retos está presentando en los terrenos de la ética y el derecho, no es menos cierto que es el campo de la biomedicina el que nos planteará los retos más profundos por influir en la salud (pura base de la pirámide de Maslow).

Investigadores de Cambridge y Caltech, según las informaciones, han alcanzado la posibilidad de crear “embriones humanos sintéticos a partir de células embrionarias reprogramadas”.

No soy experto en Biología, Medicina ni aún en Ética, pero no me cuesta darme cuenta de que, sin perjuicio de estos campos, el Derecho tendrá mucho que decir en el avance de técnicas como la mencionada en el artículo.

Situaciones como ésta implican un reto para los ordenamientos jurídicos obligados a adaptarse a situaciones que no pueden ser asumidas por la regulación existente. Si bien los principios generales del Derecho han de servir como guía de la dirección que han de tomar las normas reguladoras, en ciertos supuestos -como el mencionado- es preciso un consenso previo para determinar las implicaciones de la aplicación de las nuevas técnicas para así poder determinar los límite legales que habrían de ser impuestos.

Nos encontramos ante un momento en el que es obligatorio que los juristas asumamos profundos conocimientos sobre otros ámbitos o de fomentar una estrecha colaboración con asesores peritos en ciertas especialidades para poder, así, defender los derechos de todas las partes implicadas en los futuros conflictos derivados de la aplicación de las nuevas tecnologías.

Octavio Gil Tamayo
Abogado. Manager del Área de Derecho Digital y Derecho Civil.

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