El Estado a través del ICO y las entidades bancarias que han tomado posiciones destacadas en la concesión a empresas y autonómos de los créditos con aval por la Covid-19 deben abordar ya una nueva fase de trabajo conjunto para evitar en los próximos meses una alta quiebra de empresas que a día de hoy viven una situación muy compleja y llena de dificultades por la caída de las ventas y los ingresos.
El freno a las expectativas de recuperación económica que las empresas visualizaron durante el verano motivado por la alta incidencia de los contagios por coronavirus o los negativos efectos que tendrían en las próximas semanas o meses nuevas medidas que limiten la movilidad o la actividad en determinados sectores económicos deben abrir este escenario en el que los bancos puedan facilitar los procesos de reestructuración y los acuerdos que en estos momentos necesitan las empresas para poder seguir con su actividad.
Desde que en marzo se originó la profunda crisis empresarial y económica por culpa del coronavirus, nuestro despacho LÉBEQ Abogados ha desarrollado para un destacado número de empresas con las que trabajamos operaciones de reestructuración que han permitido reforzar las posibilidades de salir hacia delante y superar la actual coyuntura.
Pero también es cierto que hay sectores concretos donde estas posibilidades de recuperación se han reducido, cuando no han desparecido. Turismo, restauración, hostelería, transportes o servicios vinculados a estas actividades son algunos ejemplos. Pero no son los únicos que desgraciadamente se están enfrentando a una situación de dificultades casi inédita.
Por ello cobra más importancia si cabe esta necesidad de impulsar este nuevo espacio en el que Estado (vía ICO) y las entidades financieras puedan pactar una nueva vía de colaboración vía créditos con aval para dar respuesta a las muchas reestructuraciones de empresas que será necesario reformular nuevamente ante los cambios que se han venido produciendo y los que se producirán.
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada FEDEA en un informe ya ha establecido la necesidad de agilizar estos procesos, de forma que el ICO habilite a los bancos para que puedan ya analizar con las empresas posibles renegociaciones de deuda, evitando así que desaparezcan empresas que serían solventes si no es por el coronavirus.
Los bancos desde luego son los primeros interesados en que se recuperen las empresas que han necesitados los créditos ICO con aval. Tienen, por tanto, toda la información sobre sus clientes y están en condiciones de estudiar caso por casos la idoneidad de hacer posible nuevos acuerdos de reestructuración. Pero el Estado también. No en vano la caída de empresas con créditos ICO lo pagaremos también todos los contribuyentes.